El viaje de hoy llega muy lejos, nada más que al Infierno.
Viajaremos por lo que Dante imaginó como tal. Es un viaje oscuro, pero curioso
y que merece la pena recorrer.
En la entrada como no podía ser de otra manera, Dante
comienza su viaje con Virgilio.
Aunque también está Beatriz.
El paisaje es dantesco, nunca mejor dicho. Desolador, donde
el dolor es parte del castigo.
Escenas monstruosas, como si asistiéramos al mal de una
manera directamente visual.
Es una montaña rodeada de precipicios, y allí las almas
deben consagrarse para expiar sus culpas.
Los pecados se pagan de diferentes maneras, pero todas ellas
con crueldad extrema.
Aunque tengo que reconocer que implica cierta belleza todo.
Dolor y más dolor.
Los condenados se agrupan en tres series (incontinentes, violentos y fraudulentos).
Los que purgan sus pecados también forman tres grupos (los que siguieron un amor que les llevó al mal, los que amaron poco el bien y los que manifestaron un amor desmesurado a los bienes terrenales)
Pero cualquier tortura al final te lleva a lo mismo.
"Mi guía y yo por esa oculta senda fuimos
para volver al claro mundo; y sin preocupación de descansar.
Subimos, él primero y yo después, hasta
que nos dejó mirar el cielo un agujero, por el cual salimos a contemplar de
nuevo las estrellas. "
El viaje es intenso, como siempre con muchos lugares por descubrir que os
dejo para vosotros. Como viajero por una tierra desconocida, Dante es
acompañado por sucesivos guías. Yo en este caso, seré la vuestra.
Disfrutad.